Como dice el viejo refrán: A donde fueres, haz lo que vieres. Tan pronto llegué al Amazonas brasileño decidí entregarme al debubuismo. Este término es utilizado en las comunidades ribereñas y refleja el estado de devaneo de quién flota en el río o disfruta tendido en su hamaca, acompañando el oleaje de pensamientos y los signos que bañan estas tierras. Me dejé llevar por la ensoñación, solté los remos y navegué río abajo.
La transmisión del deseo tiene su origen en las cuevas neolíticas. El anhelo de debilitar al animal previo a la caza fue el génesis de todas las prácticas rituales que el humano ha construido para comunicar al entorno sus necesidades, pedidos y preocupaciones. Algunas sociedades hemos sobrevivido al desarrollo occidental y aún nos encontramos en contacto con esta dimensión.